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La compañía presentó de forma oficial el rediseño más radical de su sistema operativo emblema, con una interfaz adaptada para las pantallas táctiles, una tienda de aplicaciones y una versión especial para tabletas
En medio de una transformación que afecta a toda la industria de las computadoras personales, Microsoft presentó Windows 8, que cuenta con el mayor rediseño de su historia desde Windows 95. Gran parte de las características ya habían sido anticipadas en una edición de evaluación para desarrolladores, una experiencia que le dio resultados a la compañía con el anterior lanzamiento, pero el evento tuvo su relevancia ante la inminente salida al mercado del sistema operativo.
La nueva versión también conlleva una serie de cambios tanto en la industria como en la estrategia de la compañía, que ahora también apuesta a la creación de sus propios dispositivos. En esta ocasión, Windows 8 no viene solo, ya que poco después de su anuncio formal también se presentó a Surface, la primera tableta de Microsoft, en línea con las declaraciones previas que había realizado Steve Ballmer al detallar que la firma no dudará en desarrollar equipos bajo su marca.
Baldosas dinámicas
Lo más llamativo de Windows 8 es su interfaz inicial, denominada de forma original como Metro, y común al aspecto que estableció la compañía en su plataforma movil, Windows Phone. Este desarrollo deja de lado el clásico botón de inicio que había impuesto Microsoft hace más de una década y media con Windows 95.
Se encuentra adaptada para el uso en pantallas táctiles, pero Microsoft enfatizó en sendas demostraciones realizadas por ejecutivos de la compañía que Windows 8 mantiene una interacción fluída aún mediante el uso de teclado, mouse y touchpad en el caso de las notebooks y computadoras portátiles.
A su vez, Windows 8 suma una serie de accesos directos que se activan ante el paso del puntero del mouse o del movimiento de los dedos en los laterales, en donde se encuentran las opciones de búsqueda y configuraciones.
Más formatos de equipos
Aún siendo un anuncio de software, el anuncio de Windows 8 estuvo ligado de forma estrecha con los diversos formatos de notebooks, tabletas y, en menor medida, de computadoras de escritorio, representadas por las AIO (All in one, todo en uno).
De esta forma, el nuevo sistema operativo de Microsoft definirá un cambio drástico en el ecosistema de equipos disponibles en la industria. Ultrabooks, monitores de notebooks que se desprenden del teclado y se convierten en tabletas, pantallas táctiles que se apoyan en una base y se convierten en una computadora de escritorio de la mano de un teclado y mouse externo y dispositivos de 10 pulgadas que complementan el trabajo junto a un stylus fueron algunos de los ejemplos de equipos que se mostraron durante el anuncio de la compañía.
Hardware con sello propio
A diferencia de las versiones previas, Microsoft acompaña a Windows 8 con su propia tableta, denominada Surface. La movida que generó algo de ruido dentro de la industria, en donde la compañía siempre contó a sus socios como integradores de su sistema operativo sin intervenir con un equipo propio.
Bajo Windows 8 sólo se encuentran tres categorías disponibles, en donde dos de ellas se encuentran diferenciadas por el tipo de usuario: profesional u hogareño. La otra opción se encuentra destinada para las tabletas, en una versión denominada Windows RT, cuyo desarrollo está adaptado a las tabletas cuyo hardware se basa en chips ARM, de uso extendido en este segmento de las tabletas y teléfonos inteligentes.
Menos versiones, pero más específicas.
Esta apuesta de Microsoft busca insertar a Windows dentro de un terreno en donde Apple y Google son amplios dominadores con sus plataformas. No obstante, esta apertura y expansión se realiza a expensas de romper la exclusividad de uso con Intel, cuya arquitectura de procesadores es dominante en el mundo de las PC, y que también busca hacer pie al realizar acuerdos de uso de sus chips en teléfonos equipados con Android.
Windows RT, exclusivo para tabletas
Una de las tras versiones de Windows, denominada RT, es la que acaparó toda la atención. Mantiene la misma interfaz que el resto de las versiones, optimizada para pantallas táctiles. Sin embargo, esta edición sólo admite aplicaciones disponibles en Windows Store, la tienda exclusiva de la compañía. No obstante, tendrá preinstalado de forma nativa a Office 2013, el paquete de programas de oficina de Microsoft, como se pudo ver en Surface, la tableta oficial de la compañía.
Todo en la nube
El almacenamiento, el calendario, los mensajes de correo electrónico, todo en Windows 8 apunta a optimizar y centralizar su uso en Internet. Es por eso que Windows 8 emplea el uso de una cuenta de usuario Microsoft, lo que se conocía de forma previa como Windows Live ID.
Esta modalidad sincronizará las configuraciones, el historial de navegación, los contactos, el acceso a la tienda Windows Store, entre otras cosas. El objetivo de la compañía es enlazar en Windows 8 a todo su universo de servicios que tiene bajo su techo, tales como su plataforma Windows Phone o los juegos y contenidos musicales que dispone en Xbox.
El navegador se renueva
La puerta de entrada a la Web de Windows 8 también se renueva con Internet Explorer 10, el navegador oficial del sistema operativo de Microsoft. Adaptado para su uso en pantallas táctiles, su presencia es exclusiva en Windows 8 RT, la versión utilizada en la tableta Surface, una decisión que ya generó más de un reclamo de parte de Mozilla o Google, que no pueden estar presentes con Firefox y Chrome.
El escritorio sigue presente
Es inevitable que, en la primera interacción, se intente buscar la imagen familiar del sistema operativo: el famoso escritorio que estuvo omnipresente en los últimos años hasta Windows 7. En esta ocasión, esta vista se encuentra disponible como una aplicación o acceso directo más dentro de la interfaz principal. A su vez, Windows 8 incorpora de forma nativa el soporte y administración de múltiples monitores.
Fuente: La Nación.com
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