La tecnología de pasado mañana.


Durante su conferencia anual para desarrolladores (Google I/O 2012) en San Francisco, California, Google hizo una impresionante demostración de sus anteojos Glass, unos dispositivos que cuentan con una cámara incorporada, conexión a Internet, micrófonos y otros sensores.
Un grupo de paracaidistas se tiró desde un dirigible que sobrevolaba el edificio donde estaban los periodistas, aterrizó sobre su techo, bajó en rapel por uno de sus frentes y entró en bicicleta al recinto en el que se había visto todo lo que habían hecho en pantalla grande. Pero no con cámaras profesionales: transmitieron todo el descenso con sus anteojos, conectados con un enlace 3G a las antenas de la ciudad. Fue una caída libre, registrada en primera persona.
Los anteojos de Google, que cuentan con una pequeña pantalla ubicada por encima de uno de los ojos, ofrecen información contextual al usuario y, eventualmente, una suerte de realidad aumentada. No son un mero prototipo: saldrán a la venta a mediados del año próximo en una partida reducida, con un costo de 1500 dólares. La compañía presentó además Now, una suerte de asistente digital para dispositivos móviles al estilo del Siri de Apple, que es capaz de interpretar una orden verbal en lenguaje natural (es decir, como hablamos usualmente, y no apelando a palabras clave).
LA PALABRA ES MÁS FUERTE
Lo interesante del caso es que ese mismo mes, Apple había hecho dos anuncios importantes: el primero, que de aquí a un año espera poner en práctica acuerdos que tiene con varios fabricantes de automóviles, y que le permitirán incluir un botón en el auto para activar Siri sin sacar las manos del volante, y controlar con la voz todo lo que no tiene que ver con la conducción del auto: atender llamadas, responder mensajes de texto, reproducir -o pausar- la música. No son los únicos: Microsoft y Nokia -entre otros- están trabajando en el tema hace años y con ideas similares, y Ford es uno de los fabricantes que está implementando estos sistemas en sus modelos de alta gama.
La ventaja es obvia: no perder el control del auto porque estamos mirando una pantalla y no la ruta. Aunque múltiples proyectos apuntan a sobreimprimir información en el parabrisas -para crear una suerte de pantalla de realidad aumentada, que nos de información instantánea sobre lo que estamos viendo-, todavía es una idea de laboratorio.
Para lo que no falta nada es para poder subir a un auto y hablar por teléfono, mandar SMS y jugar videojuegos sin mirar adónde vamos, y sin chofer: el estado de Nevada, en Estados Unidos, ya le concedió a Google una licencia que le permite circular por la calle a su auto autónomo, es decir, a un coche que se maneja solo, usando cámaras, radares, GPS y acelerómetros. Volvo, a su vez, está probando convoyes de autos: se ponen varios equipos en fila, y dejan el control a un chofer profesional que hace de locomotora, mientras una computadora los mantiene en fila, a una distancia adecuada unos de otros, etc. Es parte de un proyecto europeo que esperan tenerlos operativos en cinco años.
Y si podemos controlar un auto con las manos y con la voz: ¿por qué no hacerlo con la mente? Falta para eso, aunque no tanto: desde hace un par de años se venden en el mercado unos cascos que registran las ondas alfa del cerebro y las convierten en órdenes. Los más cancheros están pensados para videojuegos; otros, para controlar una silla de ruedas, un brazo biónico (tanto para pacientes postrados como para control de maquinaria en ambientes hostiles a los humanos, como ofrece la compañía Festo), o lograr que pacientes cuadripléjicos escriban un texto en una computadora, como divulgó en forma reciente una investigación de la universidad holandesa de Maastricht.
ALTA DEFINICIÓN
Otro terreno donde Apple es uno (pero no el único) de los protagonistas es el de las pantallas de alta definición, que también están viviendo cambios. Así, Apple presentó un modelo de portátil MacBook que tiene una pantalla del tipo que denomina Retina, es decir, con la misma densidad de puntos de color que el iPhone 4 o la nueva iPad; esto implica que los píxeles no son visibles a simple vista. No es la única: Asus (que ya tenía notebooks con pantalla de alta definición) presentó su tableta Transformer Pad Infinity, que cuenta con una pantalla de 10” y resolución Full HD (1920 x 1080 píxeles), que se acerca a la definición de la iPad 3 (2048 x 1536 píxeles).
Parece demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que las películas en formato digital se venden como mucho en Full HD, pero eso cambiará en unos años: la Unión Internacional de Telecomunicaciones ya definió los dos próximos estándares televisivos de ultra alta definición (UHD, según sus siglas en inglés): 4K (3840 x 2160 pixeles) y 8K (7680 x 4320 pixeles, es decir que los videos vistos en esas teles tendrán fotogramas de 33 megafonía cada uno).
Eso, como puede imaginarse, es mucha información siendo transmitida. Ya la nueva iPad y las tabletas de alta definición están influyendo en el diseño Web: muchos sitios están modificando su contenido para lograr que se vea bien en una pantalla de esa resolución. Esto es algo que ya se vivió (cuando superamos las pantallas de 800 x 600 pixeles, una resolución que hoy se ve en teléfonos móviles) pero su impacto se sigue sintiendo. Más resolución implica más datos, lo que obliga a tener un mayor ancho de banda si se quiere evitar las descargas lentas.
CÁMARAS Y SUPERFICIES
Para registrar esas imágenes de muy alta definición serán necesarias, claro, nuevas cámaras. Además del Nokia PureView -un teléfóno convencional con una cámara excepcional que tiene un sensor de 41 megapíxeles- hay otras tecnologías que están cambiando la fotografía digital, como la Lytro, una cámara con lentes capaces de capturar todo el campo lumínico de una imagen y cambiar el foco de la foto luego de que fue tomada; o los desarrollos de Scalado -hoy en manos de Nokia-, que permiten tomar una tanda automática de fotos y luego elegir o combinar la que tiene a todos los fotografiados en foco y sonrientes. Pero la clave es que ya hay equipos de bolsillo que son capaces de registrar video 3D de alta definición.
Todo este contenido se disfruta en dispositivos donde la pantalla es cada vez más protagonista, y donde buena parte de la interacción (la que no es verbal o por gestos) se hace tocando la pantalla. Sí, las pantallas táctiles son hoy la norma de los dispositivos móviles, y con la llegada de Windows 8 también lo serán para las PCs nuevas; la mayoría de las ultrabooks nuevas tienen pantallas sensibles al tacto, para aprovechar la interfaz Metro del nuevo Windows.
Hay un problema: la marca de los dedos. Por ahora no hay mejor remedio que una franelita -o la punta de una remera de algodón-, pero varias compañías están trabajando en coberturas hidrofóbicas o superhidrofóbicas, materiales que cubren una pantalla (o un parabrisas) y repelen el agua, el aceite o el hielo; los harían sumergibles y evitarían que se llenen de la grasa de los dedos. La compañía Liquipel ya ofrece en Estados Unidos un baño protector a pedido para diversos móviles (tiene un costo que ronda los 60 dólares), pero se espera que los fabricantes comiencen a integrarlo en sus productos en los años venideros, y tiene atractivas aplicaciones en otros ámbitos (autos, maquinaria, etc.).
TRANSFERENCIA DE DATOS
Por el lado de la banda ancha hogareña no hay mucho para decir, excepto que 2011 fue el año que más rápido creció, y ya suma 600 millones de usuarios en el mundo, según el Broadband Forum. Y aunque las compañías siguen aumentando la velocidad disponible (en Hong Kong ofrecen abonos hogareños de 300 mbps), el crecimiento en América Latina llega con cierto rezago, ya que tiene el promedio de precios por megabit más alto de mundo para una región, según un estudio reciente de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
Para cada vez más usuarios, sin embargo, la clave está en la conectividad móvil, y las redes 4G LTE (evolución de largo plazo, según sus siglas en inglés) están ganando adeptos en todo el mundo, felices de lograr conexiones de entre 6 y 12 mbps, en promedio, desde sus celulares o tabletas. En la Argentina, algo semejante deberá esperar, ya que no se licenciaron las frecuencias para dar servicio.
Las conexiones inalámbricas de tipo Wi-Fi (que, no está de más recordar, no implica un acceso a Internet, sino una conexión a una red local) también esperan un nuevo aumento en su capacidad de transferencia de archivos: para 2015 se espera que la norma más popular sea la 802.11ac, que admite conexiones de hasta 1 gigabit por segundo (algo disponible hasta hoy en redes Ethernet cableadas), y que será vital para transmitir video de ultra alta definición entre un televisor y una tableta o notebook.
La transmisión se hará usando alguno de los estándares ya existentes en el mercado, como DLNA o AirPlay; permiten enviar una película, una canción, o una foto desde un celular a un televisor usando la red Wi-Fi. Pero mientras que ahora hay que bucear en un menú del dispositivo hasta lograr que encuentre el equipo destino, en el futuro próximo bastará con hacer que los dos equipos (un teléfono y el televisor, o un par de parlantes) se toquen.
Esto se logra cortesía de una tecnología denominada NFC (comunicaciones de corto alcance, según sus siglas en inglés), que se usa hace años en Japón, y que permite exactamente eso: vincular dos dispositivos gracias a su cercanía física y lograr que compartan información. En el mundo se lo está implementando como uno de los métodos para poner en vigencia la billetera digital, que permite pagar usando el teléfono de monedero; pero no es el único uso.
Hay cada vez más teléfonos con chips NFC, y tanto Nokia a principios de año como Google en junio último, presentaron dispositivos que, con un toque, permiten conectarlos y comenzar la reproducción inalámbrica de la música almacenada en el teléfono en el dispositivo tocado. Es, por así decirlo, como el emparejamiento en Bluetooth debió haber funcionado desde el primer día.
La buena noticia es que hay cada vez más accesorios con NFC: parlantes, manos libres inalámbricos, teclados, etc. La mala es que en la Argentina no se pueden vender equipos con esa función habilitada -oficialmente, al menos- por un tema reglamentario, aunque los equipos que vengan del exterior podrán usar los chips NFC sin inconvenientes, y acceder a una de las tantas tecnologías que, paso a paso, están cambiando la tecnología con la que lidiamos todos los días.

Fuente: Revista 90+10